Hoy en nuestra sección sobre la historia y curiosidades de los diferentes pigmentos el protagonista será el color SEPIA.

El sepia es un color negro-marrón con un tono rojizo. Recibe su nombre de la sepia, de la que procede este pigmento. Las sepias almacenan su tinta en sacos situados entre sus branquias y, cuando se sienten atacadas, liberan una nube de tinta que distrae a cualquier depredador el tiempo suficiente para que la sepia pueda emprender su rápida huida. Mientras que el pulpo libera tinta negra y el calamar una tinta azul-negra, la sepia produce la tinta que es el marrón que conocemos como sepia.

La sepia es comestible y se utiliza hoy en día en la cocina, como en el plato italiano Spaghetti al nero di seppia (Espaguetis con tinta de sepia) y se conoce como Ikasumi en Japón, donde se utiliza en varios alimentos, incluido el helado. El pigmento en sí puede dejar una mancha temporal en los dientes después de comerlo, lo que se debe a su gran capacidad de pigmentación.

Esta fuerza sería útil en el mundo de la fotografía cuando, en la década de 1850, se empezara a utilizar el tono sepia en la fotografía en blanco y negro. El sepia sulfúrico tonificaba la fotografía con un marrón cálido y hacía que la imagen fuera más estable y duradera; un paso importante en la longevidad del trabajo fotográfico que seguiría utilizándose hasta la década de 1920.

Hoy en día, la fotografía en tonos sepia es una abreviatura visual de «vintage» o «nostalgia«, con imágenes que recuerdan al «Salvaje Oeste», que ahora pueden recrearse como recuerdos en los estudios fotográficos con la ayuda de trajes y accesorios temáticos. Dado que el sepia ha llegado a representar una época pasada, a menudo se piensa en el color como algo «descolorido», pero paradójicamente el tono sepia en la fotografía ayudó a detener el desvanecimiento de la imagen.

Las escenas del principio y el final de Kansas en El mago de Oz (1939) están en nuestra memoria colectiva como blanco y negro, pero en realidad eran sepia. Se rodaron en una película en blanco y negro que luego se tiñó de sepia, al igual que la fotografía de tonos sepia, para añadir esa sensación de «antigüedad».

Un dato poco conocido se encuentra en la escena en la que Dorothy, desde el interior de su granja, abre la puerta a la Tierra de Oz y a un mundo de color. Aquí vemos los tonos sepia de Kansas y el color de Oz en el mismo plano de seguimiento. Para conseguir este efecto ilusionista, el interior de la granja se pintó a mano en sepia, al igual que Dorothy, y así la escena pudo rodarse en Technicolor, en lugar de en blanco y negro. Cuando vemos a Dorothy abriendo la puerta de la granja para revelar un mundo de color, lo que en realidad estamos viendo es la espalda de la doble de Dorothy, Bobby Koshay, vestida con ropas de color sepia especialmente diseñadas, maquillada en sepia y en una granja pintada en sepia. Abre la puerta de Oz y sale del plano para que Judy Garland entre en escena con un vestido azul y atraviese la puerta de Oz.

En los años 30, sin el software de postproducción disponible hoy en día, el productor Mervyn LeRoy encontró una forma innovadora de pasar, en un solo plano de seguimiento, del sepia al color, que pudo parecer mágica (e incluso sorprendente en su momento, ya que la mayoría de los espectadores no habían visto el color en el cine), en lugar del truco ligero y simple del decorado sepia pintado a mano.

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